Primer día de noviembre y siento como si estuviesemos en julio. Me duele todo y sinceramente, siento que algo de estímulo me esta faltando para afrontar este mes lleno de pruebas: no salgo, no como, no entiendo nada, no duermo. Y millones de ideas vienen a mi cabeza, todas juntas, aglomeradas, y siento que colapso.
Me altero de la nada, me bajo 1 jarra de cafè negro de 500ml a las 7 de la mañana y sigo con sueño, me retuerzo en la cama cuando llega la hora de dormir y mis sueños superan el límite de lo posible y lo bizarro.
Y siento que falta ese tirón que uno suele tener a fin de año, solo que más que faltar es como si sintiera que tiran para adentro y para afuera, todos juntos al son de una coreografía de dubstep.
Y simplemente me abstraigo y dibujo, rogando porque termine el año, con las mismas esperanzas que el año que viene sea mejor que el anterior sabiendo que nunca es mejor, nunca es peor, siempre es más raro. SIEMPRE.
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